viernes, 24 de noviembre de 2017

Tantras. Avatar II


Medianoche y Adon, después de haber librado junto con Cyric y Kelemvor al valle de las Sombras del malvado dios Bane, son injustamente sentenciados a muerte por el asesinato de Elminster el Sabio. Sin embargo, logran escapar y puesto que son los que conocen el paradero de la primera Tabla del Destino, única posibilidad de salvar a los Reinos, se dirigen a Tantras en su busca. Pero Bane, y su aliado Myrkul, el dios de la Muerte, conspiran para capturar a Medianoche y a sus amigos y robar las Tablas. Los héroes tienen que enfrentarse a unos animales espeluznantes y a unas violentas tormentas en su viaje a través de los valles. Y, además, ocurre lo peor que podían imaginar: uno de los amigos de Medianoche se ha aliado con Bane y las fuerzas de Zhentil Keep...



Y continuamos con la serie Avatar. Esta vez toca el segundo volumen de esta pentalogía.


En esta nueva entrega los héroes encargados de buscar las tablas del destino se van distanciando por diversos motivos lo que lleva a que veamos enfrentamientos interesantes entre ellos.

La trama continua exactamente donde se quedó el anterior libro, es decir tenemos el valle de las sombras con Medianoche y Adon a punto de ser juzgados, Kelemvor como mano derecha del gobernante del valle de las sombras y Cyric intentando salvar a Medianoche y Adon.

El ritmo del libro es rapidillo y uno no se cansa cuando van pasando las cosas, sino que en muchos partes del libro se agradece que el ritmo sea tan rápido. La narración sigue la misma línea, una narración simple y sin muchas florituras ni lenguaje muy enrevesado. Lo que si he notado que algunas veces la traducción deja mucho que desear, pues hay en ocasiones que traducen cosas y en otras no.

En cuanto a los personajes, poco que destacar, el único caso que se puede decir algo es en Cyric y su cambio un tanto raro en cuanto a sus personalidad, pues en el primer libro parece alguien equilibrado y que quiere dejar atrás su vida pasada y centrarse en la aventura, y en este libro desde el principio empieza a obsesionarse con el poder, lo que se puede decir que ha sido el cambio muy sustancial.

También habría que destacar la aparición de nuevos personajes y dioses. Otro punto a tener en cuenta es el trato que se les da a los dioses algunas veces deja mucho que desear pues de repente los vemos que son unos soberbios y actúan como son y de repente cambian el registro a simple mortal, cosa que me parece poco creíble.

Por otro lado, las peleas de los dioses me resultan un tanto artificiales y poco creíbles, ya que estas deberían ser mucho más destructivas de lo que realmente son, pues las cantidades de energía que acumulan y gestionan los dioses equivale a unas cuatro o cinco bombas nucleares juntas.

En resumen el libro es entretenido y te deja con las ganas de continuar pare ver qué sucede en el siguiente libro.

lunes, 6 de noviembre de 2017

The Big Bang theory.

Los protas y tal.
Tras acabarme la décima temporada es el momento de tirarla (a día de hoy se que hay un spin-off de Sheldon pero nose si continuarán con la principal), demasiado tiempo ha aguantado la inercia una serie con la que antes me reía y paso a darme alguna sonrisa ocasional.

Como ya me pasara con otras, al principio era una serie genial que se fue, poco a poco, pervirtiendo. Este principio abarcaría las 4 primeras temporadas en las que era una serie que salía de lo normal ya que hacía coñas sobre física y/o tebeos, tras eso se convirtió en una comedia más (un Friends más moderno) en el que los tebeos y la física sólo servían de telón de fondo.

Hay quien achaca el cambio de la serie a que los personajes evolucionan o deben hacerlo, pero lo que hacía especial a la serie eran esas bromas sobre física que se fueron perdiendo, la evolución de los personajes está muy bien y da para nuevas situaciones pero no si el precio a pagar es cambiar la serie en sí misma porque a partir de la quinta temporada ¿qué tenía de diferente The Big Bang theory (TBBT) con respecto a otras comedias? Nada, cambiaban los actores y sus personajes pero no eran más que enredos amorosos (¿una zarzuela sin música? bueno, música había de vez en cuando pero poca), que no es que me disgusten pero no es lo que me atrajo a esta serie en un principio. Hablando en plata, si me viera una serie de tiros lo último que querría es que lo convirtieran en un musical (y como se ve por otras entradas me molan los musicales).

En conclusión, una serie más echada a perder (y van...) que deberían (o yo debería) hacer cerrado en las primeras temporadas, pero es lo que tiene la curiosidad de saber más de los personajes.