viernes, 19 de diciembre de 2014

La torre blanca. La rueda del tiempo IX


Rand aguarda en Rhuidean a que se unan todos los clanes de los Aiel, pero la actitud del jefe de los Shaido puede obligar a Rand a cambiar de planes.

En la corte de Caemlyn, Morgase tiene que enfrentarse a una traición inesperada, mientras la Torre Blanca se convierte en un nido de intrigas. Elaida, ascendida a Sede Amyrlin, pretende capturar al Dragón Renacido para mantenerlo a salvo hasta el momento del Tarmon Gaidon, aunque algunos creen que no es eso lo que pretende.

La trama continua justo donde se quedó el anterior libro, es decir con Rand en Rhuidean aunque se le ha unido casi todos los Aiel, Ewgene y Elayne de viaje dejando Tachinco atrás, y la torre blanca inmensa en una guerra civil, que es el asunto que más se va a centrar la trama de este libro.

Es más, también se pueden empezar a ver los movimientos del resto de renegados a parte de Lanfear, pues tenemos a Rahvin, que parece tener a la reina Morgase comiendo de su mano durante un tiempo.

El ritmo y la narración siguen los mismos derroteros que los anteriores libros, así que poco se le puede achacar al autor de que este ritmo y narración sean inconsistentes.

En cuanto los personajes siguen evolucionando de una forma u otra, pues Rand con ayuda de Asmodean se está volviendo más fuerte y controla el poder de manera que puede hacer cosas que parece mentira que dos libros atrás no tuviera ni idea.

Moraine, ha jugado una baza que creo que es magistral, pues como bien le dice a Ewgene “hay que rendirse al poder para controlarlo” y esta frase lo dice todo, pues se rinde a Rand dejando a Lana atónito ante su sumisión.

Ewgene cada vez es más fuerte, y me da que va a jugar un papel fundamental en los planes de las Aes Sedai, pues en su entrenamiento con las sabias se está haciendo una experta en el camino de los sueños y eso va a tener una verdadera importancia en el tema, pues dos de las renegadas, Lanfdear y Moghedein, acechan por ahí.

Siuan, Leane aun siendo neutralizadas han sabido recomponerse y centrarse en un nuevo objetivo, la primera intentando seguir con sus dotes de mando como cuando era Sede Amiryl con las Aes Sedai que no siguen a Elaida, pero con manipulaciones sutiles, pues ya no tiene el poder que tenía, mientras que Leane se ha vuelto una Tarabonesa de los pies a la cabeza, pues su objetivo para no dejarse morir es poner en práctica los conocimientos que su madre y su tía le inculcaron antes de irse a la torre.

Mat, cada vez me va gustando más, pues aparte de ser el de espíritu libre del grupo tras lo de Rhuidean habla y entiende la lengua antigua, además de recordar todo lo que ha vivido en vidas anteriores, además de seguir con sus flirteos y juegos.

Al que he echado de menos ha sido a Perrin, pues en el anterior libro no cuentan que ha pasado en dos ríos y este solo se menciona que Dos Ríos se ha rebelado contra Morgase pues hay dos estandartes uno de un Lobo y el otro del águila de Manetheren. Por lo que me he sentido un poco intrigado y a la vez desilusionado por que no se vea que pasa en Dos Ríos.

Además los renegados empiezan a moverse como he dicho antes, Rahvin intenta hacerse con el trono de Morgase, Isamael sigue en Illian, Lanfear sigue intentando atraer a Rand a su vera, Moghedein está buscando a Nynaeve y Elayne y para ello usa a Liandrin y su tropa, y además intentan golpearse entre ellos, por lo que se deduce del ataque a Rand en el paso de la columna del mundo

Pues poco más que decir, creo que en conclusión cada vez se van desentrañando las intrigas, pero que a su vez vuelven a aparecer otras, además estoy ansioso de ver que pasa entre Rand y Couladin y con lo de la torre, pero he decidió que parare por este año de leer libro, creo que leeré algún cómic que tengo en pendientes y si Koky me da permiso puede que hable un poco de ellos.

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